viernes, 11 de febrero de 2011

Publicidad

Pacific Southwest Airlines (PSA)
Pacific Southwest Airlines

Qué maravilloso era el mundo cuando la publicidad podía ser abiertamente sexista. Y qué pena el tiempo que nos ha tocado vivir, donde la estupidez de los necios vestida de corrección ha reducido nuestro sexo a género, como los pronombres o los artículos. De ahí a que nos apostrofen media tan solo un paso.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Duele

Me duele la muela en la que me hicieron un empaste hace un par de meses. Parece ser que algo no fue bien del todo. Es un dolor continuo, lineal y sin fisuras. Una presencia constante de la que es imposible abstraerse, como si tuviera un clavo oxidado incrustado en la encía desde abajo hacia arriba hasta llegar al pómulo. Por poner un ejemplo, claro, que afortunadamente nunca he estado en esa situación. Esa presencia constante y monótona se intensifica periódicamente, como si alguien cogiera el clavo y empezara a hurgar con él en la herida, y entonces el dolor monótono y constante se convierte en una punzada larga y agónica, en un grito ahogado y en un deseo de coger unas tenazas para arrancarme la muela. Y por si eso no fuera suficiente, los White Stripes van y deciden precisamente ahora anunciar oficialmente su disolución. Que sí, que era algo que todos sospechábamos desde hace tiempo, pero la confirmación duele. Y la muela también; mucho más de hecho.


(sugerencia de consumo)
Catch Hell Blues de The White Stripes en directo

martes, 1 de febrero de 2011

Aire fresco

Hace unos meses un grupo de antiguos compañeros del instituto me localizaron para proponerme una cena de reencuentro. Tras veinte años sin saber nada de ellos me encontré con un grupo de perfectos desconocidos totalmente ajenos a mi vida. No negaré que con alguno reedité cierta afinidad, pero lo cierto es que la sensación general fue de absoluto e inexorable distanciamiento. Durante veinte años no había pensado en ellos ni me había apetecido volver a verlos y es bastante probable que en los próximos veinte años mi interés por esta gente siga igual.

Hace un mes recibí una propuesta para reunirme con los viejos amigos de primaria. Estamos hablando de hace veinticinco años, más de media vida. Todavía no he dado una respuesta al ofrecimiento. Tengo claro que diré que no cuenten conmigo, pero sigo pensando en la forma de hacerlo. Supongo que la amistad es un valor efímero, muy volátil. Se diluye cuando los caminos se bifurcan y los intereses cambian. A menudo ni siquiera es necesaria la distancia física; la distancia entre dos personas puede ser un abismo incluso cuando viven juntas.

Charlando hace unos días con un amigo de nuevo cuño, me comentó que él, periódicamente, quizás cada año, hacía un examen mental de la gente que le rodeaba, de los que consideraba amigos y conocidos, y los reubicaba sin ningún rubor según su percepción. Tomaba conciencia de los que habían dejado de ser amigos y, a la vez, de los que pensaba que debía empezar a considerar como tales, para actuar en consecuencia, para saber en quién podía confiar y en quién no, para no llevarse a engaño y evitar desilusiones posteriores.

Supongo que es algo que he estado haciendo durante años sin ser consciente de que lo hacía, sin esa reflexión previa que me habría evitado según que desengaños. Y en eso ando ahora, reflexionando y abriendo puertas y ventanas para ventilar la casa.