martes, 30 de junio de 2009

¿Las bicicletas son para el verano?

Decía Fernán Gómez que las bicicletas son para el verano pero… Pero yo a este paso acabaré teniendo un accidente. De acuerdo, en invierno se te hielan las manos y anochece tan pronto que no apetece cogerla, y en primavera que el clima sería idóneo, el polen lo jode todo porque, ya me diréis qué gracia tiene ir en bici con los ojos enrojecidos y la nariz goteando. Así que imagino que lo del verano, más que por elección, es por eliminación. Pero el bueno de Fernando no contaba con que en Barcelona los cabestros van en coche, o en furgoneta de reparto, o en taxi –estos son unos miuras– y que cualquier hijo de vecino que pretenda entrar en esa jungla de asfalto o va en un acorazado o anda con todos los sentidos alerta. Y ahí radica precisamente el problema, en la atención. Es imposible con todas las distracciones que pasean por las calles en esta época del año. Todas esas mini faldas de las que brotan unas piernas bien torneadas y tan largas que les llegan hasta el suelo; esos vestidos ceñidos, adheridos a la piel como escamas, sobre cuerpos cimbreantes de deliciosos contoneos; las finas telas de colores claros tensadas sobre nalgas voluptuosas que distraen la mirada al son de sus andares; los vertiginosos escotes convertidos en escaparate de pechos bronceados e intuyo turgentes. Ombligos este año pocos, si acaso alguno visto desde el balcón de uno de esos escotes. Y las sonrisas cargadas de secretas promesas de exóticos deleites cuando las miradas cruzadas se detienen más de un suspiro. En fin, que la alegría visual es notoria y se agradece, pero temo que voy a aparcar la bici hasta el otoño. No quiero perderme el espectáculo urbano por un quítame ahí un ceda el paso.

jueves, 25 de junio de 2009

Sopa de letras

La fecha en la que debía entregar el manuscrito de su novela estaba cada día más cerca; un montón de folios escritos acumulaba polvo en un rincón de su escritorio desde hacía semanas, pero Osvaldo sabía que faltaba algo, ese pequeño detalle que le permitiera dar por cerrado el círculo que había trazado a lo largo de más de quinientas páginas y que no había conseguido cerrar ¿O era, acaso, que no lo había abierto? Lo intuía como una bruma, una masa sin límites precisos que era incapaz de aprehender y narrar, una forma difusa que se deshilachaba entre sus dedos cada vez que se acercaba dando torpes manotazos. Andaba como un enajenado; desconectaba de la realidad y regresaba a ella bruscamente cuando el cigarrillo se le consumía entre los dedos y le quemaba. Se abandonaba sosteniendo la cucharilla con azúcar para recuperarse cuando el café ya estaba frío. Tropezaba en los bordillos de la calle, se le caían las monedas o pagaba con un billete grande sin esperar el cambio en el kiosco de la esquina. Imaginaba sentado al volante en los semáforos hasta que los bocinazos irritados lo regresaban a la luz verde casi ámbar. La cuenta de los días avanzaba y a cada insomne vigilia se le anudaba una nueva duda en el estómago. ¿Sería capaz de cerrar su novela o se vería obligado a entregarla tal cual, insatisfecho y disgustado?

Lárgate unos días fuera, desconecta y distráete, le había aconsejado su editor, algo inquieto por si no se llegaba a tiempo para la feria del libro. Estás bloqueado precisamente por tu obsesión, le insistía, para rematar que había entrado en bucle. En este estado no verías la solución ni que la tuvieras ante tus narices escrita en luces de neón.

Finalmente convencido, Osvaldo decide largarse unos días a su casa de la montaña. Se acerca al supermercado a comprar algunas cosas: vino, latas, pasta, dieta de subsistencia. Pasa distraído por un pasillo de estantes atestados y de forma involuntaria tira un paquete de pasta de sopa de letras. En un acto reflejo se lanza tras él, pero desatento como anda, no atina a alcanzarlo y revienta contra el suelo desparramando todo su contenido. Descreído y poco dado a confiar en los milagros del azar, todavía de rodillas, Osvaldo no podrá evitar admitir que lo que se muestra ante sus ojos debe ser incluido, por fuerza, en la categoría de lo extraordinario. Cubriendo buena parte del suelo ante él las letras han quedado distribuidas en hileras, agrupadas en palabras que, si bien es notable la cantidad de pueriles faltas de ortografía, la ausencia de acentos y un estilo tan lamentable que bien podría atribuirse a Bucay pero que perdonará por tratarse de la primera –y póstuma– incursión de un paquete de pasta en la literatura, es indudable que forman un fragmento de relato, y lo más admirable, que se acerca mucho a esa bruma difusa que él mismo ha sido incapaz de trasladar al papel. No es cuestión de buscar ahora explicaciones, pues tiempo habrá, piensa, y rápidamente se aplica a copiar en una libretita el texto.

El servicio de limpieza en los supermercados no debería ser tan eficiente, comenta el editor a la salida de comisaría. Pero tampoco hacía falta que saltaras sobre esa pobre chica y la molieras a bastonazos con el palo de la fregona. Y no te preocupes por la fianza, ya te la descontaré de las ventas de tu próxima novela. ¿Porque hay novela, no? Tuviste tiempo de leerlo todo espero.

lunes, 22 de junio de 2009

Cine club

Si digo “he visto una peli de Mihály Kertesz”, lo más probable es que mi interlocutor se quede igual y que como mucho piense, sin faltarle razón, que hago cosas raras. En cambio si digo “he visto una peli de Michael Curtiz” a más de uno le sonará. Los otros –los más– seguirán mirándome con cara de no saber de qué estoy hablando y quizás quieran saber si es la última de Jennifer Aniston.

Pero la cuestión es que Michael Curtiz, en su Hungría natal, hizo sus pinitos en esto del cine con el nombre de Mihály Kertesz. Una de sus películas fue el cortometraje “Jön az öcsém”, algo así como “Viene mi hermano”, una historia de épica proletaria llena de simbolismo socialista rodada en 1919. Pero eso fue antes de largarse a la costa oeste americana a vestir con leotardos a Errol Flynn en “Las aventuras de Robin Hood” o dirigir a Bogart y la Bergman en “Casablanca”.

Merece la pena una visita a esta web, la Europa Film Treasures que, como su nombre sugiere, está llena de pequeñas joyas del cine en su estado embrionario. Ved sino este delicioso paseo en tranvía por la Barcelona de principios del S.XX o este ejemplo de la colección de pequeñas piezas de cine erótico de la época.

martes, 16 de junio de 2009

Bloomsday

"...desde luego y así es como se le va el dinero ése es el finto de Mr Paddy Dignam sí todos ellos iban a lo grande en el famoso funeral en el periódico que trajo Boylan si vieran un funeral de oficial de verdad eso es algo armas a la funerala tambores enfundados el pobre caballo caminando detrás de negro L Bloom y Tom Keman ese pequeñajo borracho abarrilado que se mordió la lengua al caer escaleras abajo en el W C de hombres borracho en un vete a saber dónde y Martin Cunningham y los dos Dedalus y el marido de Fanny MCoy cabeza de mariposa en los huesos con una cierta tendencia en el ojo queriendo cantar mis canciones tendría que nacer de nuevo y su viejo vestido verde con el escote ya que no los puede atraer de otra manera cuando canta llueve lo veo claro y a eso le llaman amistad se matan y luego se entierran unos a otros y todos ellos con sus mujeres y familias en casa muy especialmente Jack Power que mantiene a esa camarera y tanto que la mantiene claro que su mujer está siempre enferma o a punto de ponerse enferma o mejorándose de algo y él es un hombre bien parecido todavía aunque le empiezan a salir canas por encima de las orejas menuda caterva están hechos todos ellos bueno pues no van a conseguir atrapar a mi marido otra vez en sus garras si yo lo puedo remediar burlándose de él luego a sus espaldas sé muy bien cuando sale con sus imbecilidades porque tiene suficiente sentido común para no malgastar hasta el último céntimo que gana en..."

Ulises (1929)
James Joyce

domingo, 14 de junio de 2009

Teherán

Las protestas por el más que probable pucherazo de Ahmadineyad en las elecciones celebradas ayer en Irán no se han hecho esperar. La gente se ha echado a la calle y Teherán es ahora mismo un campo de batalla donde la policía antidisturbios reparte estopa a diestro y siniestro. Irán no es sólo esa simple ecuación islam más armamento igual a eje del mal que nos quieren hacer creer; no es sólo sharia, no son sólo ejecuciones públicas por el terrible delito de homosexualidad o adulterio. Es eso, pero del otro lado es gente que quiere vivir libre del yugo de una teocracia, gente que piensa como tú y como yo, que viste como nosotros, que tiene un móvil o una cámara con la que mostrar al mundo lo que está sucediendo ahora mismo en las calles de Teherán.

Tehran Streets


Las crónicas nos van llegando a través de Flickr y de Youtube, sobre todo de la mano del usuario Mousavi1388. Es la continuación de Persépolis, y espero que el epílogo que se escriba cuando se disperse el humo no sea una reescritura del de Tian'anmen hace veinte años. Puesto a escoger, prefiero el final de la Rumanía de Ceaucescu.

jueves, 11 de junio de 2009

Y Crumb creó el cómic, y vio que era bueno.

Todavía habrá que esperar un poco, hasta otoño. Será entonces cuando se publique, de forma simultánea en todo el mundo, la que imagino será una ácida versión del "Libro del Génesis" según Robert Crumb poblada, cómo no, de incestos, asesinatos, adulterios y toda la salsa que hace de este clásico de la literatura fantástica una obra tan apasionante. Habrá que ver si el vaticano o la conferencia episcopal le hacen publicidad gratuita, o ya escarmentaron tras la cosa esa de Dan Brown.


Visto aquí.

viernes, 5 de junio de 2009

She's magic!

She's magic!

Noche de jazz, cervezas y piernas en el Jazzman de Barcelona. Y sonaba...

She's magic!



(sugerencia de consumo)
Caravan en el saxo de Dizzy Gillespie