lunes, 18 de abril de 2011

de viaje

Ya tenemos entradas para el concierto del domingo en la filarmónica; una excelente selección de los maestros rusos Glinka, Tchaikovsky, Borodin y Mussorgsky. De hecho las compramos hace más de dos meses. Creo que fue lo primero que miré, antes incluso de decidir los días que iríamos, y al final organizamos el regreso a Barcelona en función del concierto. Lástima que no vamos en mayo, con recitales conducidos por Claudio Abbado. También tenemos una buena guía actualizada (con esta ciudad no valen las de hace diez años) y media docena de carretes para traernos de vuelta a casa un pedazo de Berlín.

Nos vamos mañana y todavía no he empezado a hacer la maleta, como siempre todo a última hora. Aunque si no fuera así ya no sería yo.

viernes, 8 de abril de 2011

In Excelsis Deo/Gloria

Al final pudo más la prudencia y contención económica que la pasión desaforada y me abstuve de ir a la feria del disco de Barcelona, este pasado fin de semana. Me conozco bien y me temo: no tengo mesura con mis adicciones -soy un adicto a las adicciones, de las que colecciono unas cuantas- y en concreto la de comprar discos la sobrellevo mal y especialmente descontrolada, con el agravante de que el espacio en la ciudad está muy caro y en mi casa es escaso. Supongo que fue por eso que ayer, a fin de calmar el mono que me recorría las venas, me acerqué por la calle Tallers, que es donde se concentra buena parte de esta droga, en busca de una dosis que aplacara mis temblores. Cayeron cinco vinilos no especialmente caros, todo un logro. Y de los cinco, sólo uno era anterior al año en que nací, lo cual es bastante infrecuente.

Ahora mismo, mientras escribo esto, gira en el plato uno de ellos a un volumen notable.


(sugerencia de consumo)
Gloria
en la versión de Patti Smith





Al salir de la tienda con mi botín, a última hora de la tarde, la luz se desparramaba generosa sobre la calle Tallers, alargando las sombras de los paseantes y encendiendo el pelo de las chicas que se dejaban bañar por el último sol. No pude resistir la tentación de echar unas fotos.


calle Tallers

miércoles, 6 de abril de 2011

¿Dónde estabas tú en el 94?

Ese día, el nueve de abril del 94 yo estaba en el camping, tenía veintipocos años y era sábado por la mañana. Estaba leyendo la prensa mientras desayunaba; no sería muy temprano. En la página 43, sección espectáculos, bajo una foto del Papa, aparecía una pequeña nota con este título: "Se suicida Kurt Cobain, el cantante de Nirvana". Escalofrío y cierta sensación de incredulidad. No se contaban entre mis grupos preferidos, que yo por esa época navegaba por los sesenta y los setenta con algún regreso a los noventa de la mano de Black Crowes, Pearl Jam, Soundgarden, Smashing Pumpkins o Red Hot Chili Peppers. Pero pese a todo... ¡coño, era Nirvana! Era ese "Smells like teen spirit" con el que había gritado en los bares, era ese tipo casi autista que pese a desafinar y equivocarse con frecuencia con su guitarra en directo, conseguía cautivar. Eran los abanderados de toda una generación que había devuelto a la música esa deseable austera pureza que los ochenta, con toda su laca, su lycra y su almíbar, habían convertido -salvo excepciones y heavy metal aparte- en un merengue indigerible. La noticia -en esos años las cosas no iban tan deprisa como ahora- informaba de la muerte de Kurt Cobain el pasado cinco de abril.

Ayer hizo diecisiete años. ¿Dónde estabas tú hace diecisiete años? Yo estaba desayunando en el camping y tenía poco más de veinte años.


(sugerencia de consumo)
About A Girl (versión Unplugged) de Nirvana