In Excelsis Deo/Gloria
Al final pudo más la prudencia y contención económica que la pasión desaforada y me abstuve de ir a la feria del disco de Barcelona, este pasado fin de semana. Me conozco bien y me temo: no tengo mesura con mis adicciones -soy un adicto a las adicciones, de las que colecciono unas cuantas- y en concreto la de comprar discos la sobrellevo mal y especialmente descontrolada, con el agravante de que el espacio en la ciudad está muy caro y en mi casa es escaso. Supongo que fue por eso que ayer, a fin de calmar el mono que me recorría las venas, me acerqué por la calle Tallers, que es donde se concentra buena parte de esta droga, en busca de una dosis que aplacara mis temblores. Cayeron cinco vinilos no especialmente caros, todo un logro. Y de los cinco, sólo uno era anterior al año en que nací, lo cual es bastante infrecuente.
Ahora mismo, mientras escribo esto, gira en el plato uno de ellos a un volumen notable.
(sugerencia de consumo)
Gloria en la versión de Patti Smith
Al salir de la tienda con mi botín, a última hora de la tarde, la luz se desparramaba generosa sobre la calle Tallers, alargando las sombras de los paseantes y encendiendo el pelo de las chicas que se dejaban bañar por el último sol. No pude resistir la tentación de echar unas fotos.
Ahora mismo, mientras escribo esto, gira en el plato uno de ellos a un volumen notable.
(sugerencia de consumo)
Gloria en la versión de Patti Smith
Al salir de la tienda con mi botín, a última hora de la tarde, la luz se desparramaba generosa sobre la calle Tallers, alargando las sombras de los paseantes y encendiendo el pelo de las chicas que se dejaban bañar por el último sol. No pude resistir la tentación de echar unas fotos.
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