De locos y piantados
La diferencia entre un loco y un piantado está en que el loco tiende a creerse cuerdo mientras que el piantado, sin reflexionar sistemáticamente en la cosa, siente que los cuerdos son demasiado almácigo simétrico y reloj suizo, el dos después del uno y antes del tres, con lo cual sin abrir juicio, porque un piantado no es nunca un bien pensante o una buena conciencia o un juez de turno, ese sujeto continúa su camino por abajo de la vereda y más bien a contrapelo, y así sucede que mientras todo el mundo frena el auto cuando ve la luz roja, él aprieta el acelerador y Dios te libre.
“Del gesto que consiste en ponerse el dedo índice en la sien y moverlo como quien atornilla y destornilla”
La vuelta al día en ochenta mundos, Tomo II (1967)
Julio Cortázar
(sugerencia de consumo)
Goyeneche interpreta Balada para un loco de Piazzolla y Ferrer
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