lunes, 2 de noviembre de 2009

Un señor con bigote

Uno de los primeros recuerdos que guardo de mi infancia ante el televisor es el de un señor con bigote francamente angustiado en el interior de una cabina telefónica. Es una de esas imágenes indelebles, indisociables de otros elementos –las americanas de pana de mi padre, los rizos imposibles de mi madre, el papel pintado con estridentes círculos de color en la habitación de mis padres, mis juguetes guardados en un tambor de dixan o las películas del viernes por la noche en “La clave”, tras el “Un, dos, tres”– que acaban por configurar una época de la que apenas ni quedan las cabinas telefónicas.

Ese señor del bigote, así como la cabina telefónica en la que se quedaba encerrado, en mi recuerdo eran naturalmente en blanco y negro, como Kiko Ledgard o Balbín. La sorpresa ha sido mía cuando, hoy mismo, al buscar ese corto de Jose Luís López Vázquez –el señor de la cabina–, he visto que era en color. Lo que me hace suponer que también debían serlo Balbín, Kiko Ledgard y hasta las azafatas del “Un, dos, tres”, qué cosas.
Después he pensado que no podía ser, que a buen seguro que ya lo sabía, porque lo he visto posteriormente, pero en mis recuerdos sigue guardado en blanco y negro.

“La escopeta nacional” no, que esa ya era en color. Tan en color que López Vázquez salía sin bigote en el papel de un aristócrata onanista que raptaba a una actriz sadomasoquista, algo impensable si se piensa en blanco y negro. Las que sí que fueron en blanco y negro, pero que yo vi en un televisor en color, fueron "Atraco a las tres" de Forqué, "La prima Angélica" de Saura, “Plácido” y “El verdugo” –quizás la película más tierna y divertida del cine español–, que como
“La escopeta nacional” también firmaron el genial dúo formado por Luís García Berlanga y Rafael Azcona, el uno dirigiendo y el otro escribiendo el guión, dos nombres que su sola mención ya sabe a cine con mayúsculas, así que ni te cuento juntos. También era él ese señor de aspecto ridículo y algo patético –el españolito medio, ya se sabe– que perseguía a suecas y alemanas por las playas y piscinas de todo el litoral español, con tan mala fortuna que se hacía querer –de haber tenido éxito no caería tan simpático, que la envidia–.

Estuvo en todas esas y en muchas más –trabajó hasta con George Cukor–, el señor del bigote, el gran José Luís López Vázquez, un actor de esos que forman parte de la historia del cine español, de toda la historia de nuestro cine, como Fernando Fernán Gómez, como Francisco Rabal, Amparo Soler Leal, Alfredo Landa o Chus Lampreave. Rostros que han estado en las películas de todas las épocas y que algunos ya se han quedado allí para siempre.


(sugerencia de consumo)
Técnicas de ligue en la playa con José Luís López Vázquez

3 comentarios:

Celia dijo...

yo creo que Woody Allen se inventó a si mismo, después de haber visto a Lopez Vazquez.

arrebatos dijo...

¿Woody Allen lleva bigote?

Celia dijo...

las gafas y el balbuceo