Imagina
Esa noche regresaba a casa contento y satisfecho. Era una fría noche de principios de diciembre. Las luces navideñas iluminaban las calles, casi desiertas a esa hora, y se reflejaban ondulantes en los charcos. Unas manzanas más allá se levantaba una columna de vapor desde alguna canalización defectuosa, acentuando más si cabe la sensación de frío. Esta noche helará, pensó.
Andaba con los hombros encogidos bajo su abrigo, el cuello levantado y las manos hundidas en el fondo de los bolsillos. Su mujer, colgada de su brazo derecho, se pegaba a su cuerpo en busca de calor humano. Andaba deprisa, haciendo tintinear las llaves con la mano izquierda, mientras tarareaba una melodía que le había estado rondando la cabeza durante toda la tarde. Su mujer le miró y sonrió. Habían estado todo el día en el estudio, grabando algunas maquetas para el próximo disco. De hecho, de ahí venían. Había sido una tarde provechosa. Pero John no paraba nunca, siempre estaba grabando mentalmente maquetas. Y la excelente acogida de su esperado último disco le había animado a grabar otro cuanto antes.
Iban andando por la acera opuesta a su casa. Les gustaba andar por la acera junto al parque para sentir el olor de la tierra húmeda, sobretodo cuando había llovido.
Cruzaron la calle al llegar frente al portal de su casa, el Edificio Dakota. Estaba sacando las manos de sus bolsillos cuando se acercó un chico. Lo recordó de inmediato. Esa misma mañana, al salir de casa, se había tropezado con él. El chico le había pedido por favor un autógrafo y él se lo había firmado en una vieja fotografía suya. Aparecía vestido con un traje negro y una estrecha corbata que ahora le pareció ridícula, justo de cuando los Beatles empezaban a tener éxito. Qué tío pesado –pensó-, se ha pasado todo el día aquí esperando mi regreso. Se inclinó hacia el chico, un poco molesto por su irritante insistencia, dispuesto a firmar otro autógrafo.
– ¿El señor Lennon? –preguntó el chico.
BANG
Andaba con los hombros encogidos bajo su abrigo, el cuello levantado y las manos hundidas en el fondo de los bolsillos. Su mujer, colgada de su brazo derecho, se pegaba a su cuerpo en busca de calor humano. Andaba deprisa, haciendo tintinear las llaves con la mano izquierda, mientras tarareaba una melodía que le había estado rondando la cabeza durante toda la tarde. Su mujer le miró y sonrió. Habían estado todo el día en el estudio, grabando algunas maquetas para el próximo disco. De hecho, de ahí venían. Había sido una tarde provechosa. Pero John no paraba nunca, siempre estaba grabando mentalmente maquetas. Y la excelente acogida de su esperado último disco le había animado a grabar otro cuanto antes.
Iban andando por la acera opuesta a su casa. Les gustaba andar por la acera junto al parque para sentir el olor de la tierra húmeda, sobretodo cuando había llovido.
Cruzaron la calle al llegar frente al portal de su casa, el Edificio Dakota. Estaba sacando las manos de sus bolsillos cuando se acercó un chico. Lo recordó de inmediato. Esa misma mañana, al salir de casa, se había tropezado con él. El chico le había pedido por favor un autógrafo y él se lo había firmado en una vieja fotografía suya. Aparecía vestido con un traje negro y una estrecha corbata que ahora le pareció ridícula, justo de cuando los Beatles empezaban a tener éxito. Qué tío pesado –pensó-, se ha pasado todo el día aquí esperando mi regreso. Se inclinó hacia el chico, un poco molesto por su irritante insistencia, dispuesto a firmar otro autógrafo.
– ¿El señor Lennon? –preguntó el chico.
BANG
........BANG
................BANG
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Dos balas se incrustaron en la pared del fondo. Las otras cuatro las detuvo John con su cuerpo, que se fue desplomando lentamente a la vez que se desplomaba en el suelo uno de los más grandes mitos del S.XX.
Dos balas se incrustaron en la pared del fondo. Las otras cuatro las detuvo John con su cuerpo, que se fue desplomando lentamente a la vez que se desplomaba en el suelo uno de los más grandes mitos del S.XX.
Imagina que no murió. Imagina que todavía vive. Es fácil si lo intentas.
He encontrado este vídeo de su última actuación, que os dejo de propina. Atención a la letra, sobretodo a los que os gusta Lennon. En la estrofa donde menciona "religion" lo cambia por "immigration". Imagina que no hay inmigración. Es decir, imagina que la inmigración no fuera una necesidad. Estamos a principios de los 80 en los Estados Unidos. Lennon mete con calzador la palabra, que rompe ligeramente el ritmo de la melodía, así que intuyo que no es un simple capricho. Es curioso que veintiseis años después, esto mismo se comprenda desde la óptica de este país. Pero bueno, este tema es lo bastante jugoso como para escribir uno o varios post enteros.
1 comentario:
Por "Imagine", himno/canción, generaciones venideras cantarán ...
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