Incendiario
Como un incendio incontrolado avivado por un vendaval, así era Otis Redding sobre el escenario. Puro nervio, fuerza y energía a presión liberada de golpe, brotando a borbotones. Ya había creado un puñado de clásicos del soul y versionado con su personal estilo otras tantas cuando, a los 26 años, este rudo gigante del sur compuso la primera, y a la postre única, canción que llegó al número uno: (Sittin' on) the dock of the bay. Pero un accidente de aviación, hoy hace 40 años, le impidió verla en lo más alto de las listas.
Ya me perdonará, pero a mí, donde esté un Otis Redding, que se quite James Brown. Con todos mis respetos y admiración por el Padrino, eso sí.
(sugerencia de consumo)
Otis Redding versionando el Satisfaction de los Stones
Ya me perdonará, pero a mí, donde esté un Otis Redding, que se quite James Brown. Con todos mis respetos y admiración por el Padrino, eso sí.
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