viernes, 12 de septiembre de 2008

Cuentos chinos

En mi época de estudiante, esa época en la que el individuo todavía está poco definido y lo absorbe todo como si fuera una esponja, cuando todavía (algunos nos quedaremos ahí) no existe la capacidad de crítica y por lo tanto de poner en duda, de contrastar o incluso de dudar de la objetividad de las ideas que nos inculcan. En mi época de estudiante, digo, me contaron muchos cuentos. Uno de ellos fue que la democracia, la constitución de un estado democrático, debía basarse indefectiblemente en la división de poderes, en los tres pilares de la democracia: ejecutivo, legislativo y judicial. En base a este ideal ortodoxo, una de dos, o a mí me contaron un cuento chino, o en España no hay democracia.

Y no la hay porque no hay división de poderes: sólo existe la partidocracia. El poder legislativo, por lo menos en este país, no es más que un funcionariado de lujo en el que se retira la milicia
mediocre del partido o la políticamente quemada, pero sin ningún poder real. Sirve sólo para cumplir el expediente. En cuanto al ejecutivo, a los ciudadanos nos convocan cada cuatro años a una especie de simulacro para su elección, pero en ningún caso la configuración final del congreso será la que ha salido de las urnas. Durante un par de meses nos acarician el lomo para que nos sintamos importantes, y tras la llegada al poder y durante los cuatro años que gobierne nadie le exigirá el cumplimiento de sus promesas. Y finalmente, el poder judicial es elegido por la partidocracia y se doblega a sus intereses. Un poder judicial que sólo se pone la venda de la justicia cuando no quiere ver los abusos del poder ejecutivo y sus secuaces, cuando se atraviesa con impunidad la línea que separa lo público de lo privado.

Y así nos luce el pelo.

Tenemos la inmensa fortuna de la geografía: somos vecinos de Francia y la influencia germana anda cerca. De no ser así seríamos una república bananera más con un tirano salvapatrias al frente.

4 comentarios:

Petrusdom dijo...

Yo cuando veo las contradicciones de nuestra "nomenclatura" política, miro a Reino de Gran Bretaña y me digo ¿cuántos siglos nos faltan para alcanzarlos?.
Por cierto, el tribunal supremo allí es el Parlamento Inglés de donde salen todas las leyes...gusten o no gusten a la cabeza visible de su Iglesia, la Reina.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Tranquilo... comparto tus ideas respecto a los políticos, pero estoy seguro que en un cercano futuro tendremos ocasión de cambiar esto.

Gus

Berto Díez dijo...

Mmm... También está portugal cerca, no?

arrebatos dijo...

Sí, pero fíjate tú que ellos nos tienen (o tenían) como modelo. Y eso que tuvieron la suerte de la influencia inglesa, pero claro, con unos vecinos como nosotros poca cosa buena se puede hacer.