Colecciones
Tengo tendencia a coleccionar –bonito eufemismo de acumular- todo tipo de cosas que me gustan, hasta donde el dinero y espacio del que dispongo me lo permiten. Se trata sobretodo de libros, discos –empecé con el vinilo y por fortuna los nuevos formatos son más reducidos-, películas, postales y pósters, jarras de cerveza, sombreros, etc. Intenté coleccionar mujeres, pero no se dejan disecar, así que he desistido. Lo de las botellas vacías de vino no es colección, es directamente acumulación y pereza de bajarlas a la calle.
Centrándome en el cine, empecé con el VHS y he seguido con el DVD, repitiendo y ampliando. En su día empecé una lista de las películas que consideré imprescindibles, que con el tiempo he ido ampliando y poniendo muescas. Cuando recordaba alguna, la apuntaba y con ello evitaba descuidos y sobretodo repeticiones. Antes de eso, había comprado dos veces La vida de Brian en una oferta tan irresistible que me nubló la memoria. No ha vuelto a suceder, por lo menos con esta película. Es curioso que esto no me pase con la música. Debo tener alrededor de mil discos –sin contar emepetreses-, perfectamente clasificados y archivados en mi cabeza.
La cuestión es que hoy, no sé muy bien por qué, he repasado esa lista. He marcado las recientes adquisiciones que todavía no tenían la muesca y le he echado un vistazo a las que me faltaban. Ha sido entonces cuando he detectado una ausencia. De hecho la he repasado un par de veces, pues no aceptaba reconocer mi olvido. Ha sido como si le estuviera mostrando la lista a alguien, que asombrado me preguntara ¿y esta no está? Pues no, no estaba. No había incluido la que para mí es la mejor película de la pasada década. Se hicieron muy buenas películas en los noventa, qué duda cabe. Pienso ahora en Fargo, Pulp Fiction, L.A. Confidential, The Straight Story… Pero faltaba una, faltaba Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption), una maravilla interpretada por Tim Robbins y Morgan Freeman de forma magistral. Cine con mayúsculas vaya, aunque tuvo la mala fortuna de cruzarse con el patrioterismo bobalicón de Forrest Gump en el reparto de los Oscar.
He recordado una escena en la que Tim Robbins, creo que organizando el contenido de unas cajas que han recibido, llenas de libros para una biblioteca que ha luchado por montar en la cárcel, encuentra unos discos. Escoge uno y lo pone en el tocadiscos. Empiezan a cantar unas voces celestiales. Es Mozart. Entonces cierra la puerta con el pestillo, conectando a su vez la megafonía de todo el recinto penitenciario. Sabe que eso le costará un severo castigo, pero también sabe que los hombres que están ahí presos, hace años que no escuchan ningún tipo de música. Pone el volumen al máximo y empieza a sonar esto…
Centrándome en el cine, empecé con el VHS y he seguido con el DVD, repitiendo y ampliando. En su día empecé una lista de las películas que consideré imprescindibles, que con el tiempo he ido ampliando y poniendo muescas. Cuando recordaba alguna, la apuntaba y con ello evitaba descuidos y sobretodo repeticiones. Antes de eso, había comprado dos veces La vida de Brian en una oferta tan irresistible que me nubló la memoria. No ha vuelto a suceder, por lo menos con esta película. Es curioso que esto no me pase con la música. Debo tener alrededor de mil discos –sin contar emepetreses-, perfectamente clasificados y archivados en mi cabeza.
La cuestión es que hoy, no sé muy bien por qué, he repasado esa lista. He marcado las recientes adquisiciones que todavía no tenían la muesca y le he echado un vistazo a las que me faltaban. Ha sido entonces cuando he detectado una ausencia. De hecho la he repasado un par de veces, pues no aceptaba reconocer mi olvido. Ha sido como si le estuviera mostrando la lista a alguien, que asombrado me preguntara ¿y esta no está? Pues no, no estaba. No había incluido la que para mí es la mejor película de la pasada década. Se hicieron muy buenas películas en los noventa, qué duda cabe. Pienso ahora en Fargo, Pulp Fiction, L.A. Confidential, The Straight Story… Pero faltaba una, faltaba Cadena Perpetua (The Shawshank Redemption), una maravilla interpretada por Tim Robbins y Morgan Freeman de forma magistral. Cine con mayúsculas vaya, aunque tuvo la mala fortuna de cruzarse con el patrioterismo bobalicón de Forrest Gump en el reparto de los Oscar.
He recordado una escena en la que Tim Robbins, creo que organizando el contenido de unas cajas que han recibido, llenas de libros para una biblioteca que ha luchado por montar en la cárcel, encuentra unos discos. Escoge uno y lo pone en el tocadiscos. Empiezan a cantar unas voces celestiales. Es Mozart. Entonces cierra la puerta con el pestillo, conectando a su vez la megafonía de todo el recinto penitenciario. Sabe que eso le costará un severo castigo, pero también sabe que los hombres que están ahí presos, hace años que no escuchan ningún tipo de música. Pone el volumen al máximo y empieza a sonar esto…
Se trata de un fragmento de la ópera Le Nozze di Figaro, de Mozart, interpretado aquí por Kiri Te Kanawa e Ileana Kotrubas. También podéis verlo en su versión cinematográfica aquí.
11 comentarios:
Maravillosa peli y precioso fragmento de la opera de Mozart, arrebatos. Hay algo que aprendí cuando la vi y de lo que carezco. Es una virtud que poca gente tiene "la paciencia".
"Dios mío, dame paciencia, ¡pero dámela ya!" que decían Les Luthiers.
Tengo la virtud -o el defecto, según se mire- de la paciencia para muchas cosas. Sin embargo desaparece cuando de esperar se trata. ¡Uf, qué nervioso me pongo!
Aparte de la archi comentada amistad y lealtad entre ambos personajes y la escena que mencionas que evidencia la necesidad de belleza que tenemos los humanos al precio que sea, a mí me gusta especialmente la parte final … (soy una romántica empedernida con sentido práctico de la vida). Cuando Morgan F. cree que no sobrevivirá fuera de la cárcel porque no le quedan esperanzas y de repente coge un autobús, sale del Estado, encuentra el dinero y se reencuentra con su amigo en la playa … Moraleja: Con dinero y amigos, no hay vida que se resista.
Me gusta leerte. Saludos!
Arrebatos, de acuerdo con lo de "Cadena perpetua". Hay muy buenas pelis del género (¿o sub-?) penitenciario; por nombrar alguna, "La leyenda del indomable" o "Brubaker". Pero aquélla se lleva la palma...
He conocido tu blog a partir de un comentario en el de Xavi "Pájaro Mojado". Me ha parecido muy interesante y con una cantidad de enlaces bastante recomendables; claro, de lo contrario no los pondrías, ¿no? Si quieres puedes visitarme en http://lazonalibredelsecretario.blogspot.com/
El protagonista interpretado por Tm Robbins, cincelaba los trebejos con una dedicaciòn asombrosa. Cuando se fue de la peninteciaría, por aquel agujero hecho con el mismo pequeño martillo con el que hizo sus trebejos, se llevó a éstos.
Recuerdo ese film.
CastaDiva ¿te has preguntado cuantos de los que consideras amigos harían eso por ti? O peor aún ¿por quién harías tú eso?
Igual que esas peñas de amigos que apuestan a la lotería, que de vez en cuando salen en la prensa porque uno ha cobrado un premio y no lo quiere repartir, o el otro se ha fugado con el boleto.
el secretario: Películas de este (sub)género, quizás pondría tras esta las de La Gran Evasión o Papillon (aunque en este caso recuerdo sobretodo el libro). De todos modos, concretamente Cadena Perpetua para mí trasciende el género. Quiero decir que no la considero una película de fugas carcelarias. No es una película de "aventuras" al uso, en la que todo el metraje está dedicado a la elaboración del plan. Sí que hay un plan de fuga, pero sólo lo sabe él, ni siquiera nosotros. En este caso, la trama no es más que la excusa para hacer buen cine.
Rain, lo mismo que apuntaba martina, este personaje es el paradigma de la paciencia y la dedicación.
Y además es un sentimental.
De acuerdo en lo de Papillón y La gran evasión. Inolvidable la imagen de Steve McQueen con la moto nazi, o la de la pelota de béisbol cada vez que lo atrapaban.
En este caso, para mí fue en primer lugar el libro (con sus gráficos y todo) y después la peli. Pero cada vez que las reponen las veo ambas dos.
En cuanto a la tendencia a coleccionar o acumular, yo "recogía" piedras. Todas las que me gustasen: de la playa, del campo, de los tenderetes hippies,... Imagínate.
Cuando ya no me caben más, las rehago, es decir, tiro algunas (pero a un jardín, para verlas cuando paso por allí); otras las meto en cajas, y así...
Ya he tenido que dejar de comprar libros (una de las decisiones más crueles de mi vida,...). Y jarras no, pero latas de cerveza, también. Lo de las mujeres era antes; ahora colecciono niños (sólo míos, ¿eh?).
Saludos.
El apunte del Ajedrez, para mí es como un mensaje subyacente: quien lo juega más que como un hobbie, profundiza su estrategia y táctica y si es más que un individuo pragmático, desarrolla ampliamente su imaginación. No sucede eso con otro deporte. Otros deportes desarrollan la voluntad, diría que todos..., sólo que el Ajedrez es diferente. Puedes estar horas jugando, así que se necesita temple y buen físico. Y coraje.
Bueno, Arrebatos, te comento también algo. Por una parte leí en algunas "críticas" de la red (hace tiempo) que este film declina en ciertas partes. Leer eso me hizo pensar que los "críticos" en plan tan cerebral, se pierden lo esencial, en muchos casos.
Intuyo, que es probable pienses que exagero con el punto del ajedrez.
No lo creo, es decir que eso me ocurra.
Lo tomo como un mensaje óculto. Creo que el film sin el apunte del ajedrez, no hubiera sido el mismo... aunque, hubiera seguido siendo un film inolvidable.
Salute.
Sin duda rain es un hombre metódico, meticuloso y paciente. La cuestión es si el ajedrez lo ha formado así o, por el contrario, le gusta el juego por ser como es.
Sea como fuere, es obvio que ha jugado la partida de ajedrez de su vida, a lo largo de casi 20 años y sin que nadie sospechara su estrategia.
Anoche volví a verla. Tanto hablar de ella provocó un irresistible deseo.
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