sábado, 3 de noviembre de 2007

Carboncillos

Dolç de Mataró, de bodegas Alta AlellaYo, que soy de cumplir todas las tradiciones con un ingrediente gastronómico varias veces si es menester, no podía obviar, un año más, la vieja costumbre de hacer panellets para Todos los Santos. Sin embargo, en esta ocasión fue un poco distinto. Lo decidí en el último momento y, al contrario que en años anteriores, que nos juntábamos unos cuantos en alguna masía perdida en el monte, lo hice en mi casa. Y me confié. Como (pienso que) domino mi horno, esta vez no estuve observando al otro lado del cristal y no fue hasta que vi una espesa columna de humo que supe que ya tenía lista mi bandeja de carboncillos.

Y pese a todo, testarudo que es uno, me los he ido comiendo. Rascando por aquí, quitando por allá hasta llegar al mazapán más o menos intacto. Menos mal que teníamos castañas, boniatos y, sobretodo y especialmente, uno de esos vinos que le hacen a uno pensar que tantos años de civilización han tenido sentido: Dolç Mataró, de las bodegas Alta Alella. Un tinto dulce hecho con la uva Mataró, autóctona de la zona de Alella, que no deja de sorprenderme. Desde los primeros matices de aceituna negra (esas arrugadas), apenas intuidos, hasta el delicioso sabor final a confitura de higos y moras(1). Ideal para postres contundentes o incluso para acompañar un magret de pato. Una joya de la que siempre dispongo una botella si la ocasión lo merece.


(1) Me trae sin cuidado si la nota de cata no es esta. A mí me sabe tal que así.

4 comentarios:

Gregorio Luri dijo...

A mi parecer ha hecho usted una evaluación cojonuda de este vino. Además lo que ahora se valora es la originalidad del catador. Tanto es así que un amigo enólogo con muchos años de oficio y una viña propia excelente, se dignó definir el aroma de un vino de esta sublime manera: "refajo de novia recién planchado".

Gregorio Luri dijo...

Perdón: "de novicia", no "de novia". Aunque, bien mirado...

arrebatos dijo...

Jamás imaginé que mi educación laica me impediría captar ciertos matices a los vinos. Ya veo que tendré que asaltar algún convento.

Anónimo dijo...

Espero me hayas reservado una piña quemada.

Gus

PD: llevo todo el año soñando con comerme una de esas rellena de cocholate de gueno! ;-)