Siempre nos quedará París
Hoy cumple 65 años, la edad de la jubilación. Pero no se puede retirar porque todavía, tras todos estos años, no hemos aprendido a escribir guiones como este, llenos de diálogos ingeniosos. No deja de tener algo de milagroso que una película concebida justo después de Pearl Harbour y por tanto pensada básicamente como propaganda bélica, con un guión que pasó por tres manos y que se fue reescribiendo durante la filmación, acabara por convertirse en el gran clásico entre los clásicos del cine y, más que en una película sobre la guerra, en una historia de amor imposible con un fondo de decorado bélico y patriótico. Todo un icono, vaya.
Y porque por mucho que pasen los años, la Bergman seguirá tan guapa como el primer día. Y Bogart... bueno, Bogart seguirá siendo Bogart aún con la ley antitabaco.
RENAULT: Pero, ¿por qué demonios vino a Casablanca?
RICK: Mi salud. Vine a Casablanca a tomar las aguas
RENAULT: ¿Las aguas? ¿Qué aguas? ¿Las del desierto?
RICK: Bueno, me informaron mal.
Y porque por mucho que pasen los años, la Bergman seguirá tan guapa como el primer día. Y Bogart... bueno, Bogart seguirá siendo Bogart aún con la ley antitabaco.
1 comentario:
Es la historia de amor imposible.. Eso fue es y será el pretexto clásico y adaptable a todas las épocas, personajes y escenarios imaginables.
Y sí, estoy de acuerdo en que el guión es muy "moderno" para tener 65 años: es lo que tienen los clásicos.
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