Chorradas lingüísticas
Y ya que me ha dado por hablar de palabras, retomo un tema un poco lejano ya (octubre o noviembre de 2004), pero no menos peculiar por ello.
Los señores de la RAE ya en su día tuvieron la ¿osadía? ¿poca vergüenza? ¿atrevimiento? de incorporar, revistiéndolos de españolidad, anglicismos o acrónimos al diccionario tales como bumerán, cedé, cederrón ¿ron? ¿no será cederrom? ¿o es que lo propuso algún académico analfabeto? Pero en la última actualización se han atrevido con unos cuantos más… ahí va la lista de despropósitos: deuvedé, yacusi, pirsin, ranquin, baipás, vedet, etc. La lista es larga y las risas están aseguradas.
Por el contrario, y sigo sin entender el porqué, no han considerado oportuno traducir, por ejemplo, jazz, blues o ballet. Recomiendan su escritura en cursiva. ¿Que por qué? Pues no lo sé. Digo yo que no les costaba tanto traducirlos como yas, blus o balé. Son cosas de académicos que no atino a comprender. Pero claro, la suya es una mente privilegiada, mucho más lúcida que la mía, pobre ignorante.
¿Para cuando, me pregunto, entrarán a homologar los anglicismos del mundo del espectáculo? Me refiero a los bítels, los rolinestons, termineitor o jamfribogar.
En fin…
2 comentarios:
Sí, no me imagino a Miles Davis (o será Mails Deivis), Bill Evans o Coltrane en la sección de yas...
Es increible el número de anglicismos que utilizamos, y va a más. Me ha gustado tu explicación y no sabía lo de jazz o ballet. Yo tampoco entiendo muy bien a estos señores de la RAE.
Saludos.
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