Fiestas
Por estas fechas, y desde hace miles de años en la cuenca mediterránea, empieza la recogida de la uva, la vendimia. Obviamente los métodos de control han evolucionado mucho y cada denominación de origen establece unos parámetros de maduración, acidez y gradación muy estrictos. Por el contrario, la recogida de la uva sigue siendo manual, seleccionando sólo los racimos maduros. La vendimia empieza en las variedades y zonas donde, según el consejo regulador, la uva ya está en su punto óptimo de maduración. Son tantas las variedades existentes, entre las autóctonas y las introducidas en los últimos años, que el control de dicha maduración y recogida llega a ser por parcelas. Este año, en La Rioja, las variedades de tempranillo y garnacha han sido las primeras. Quedan pues las cabernet sauvignon, merlot, pinot noir, sirah, mazuelo, macabeo, cariñena, perellada…
Es también ahora cuando se presentan los vinos de la cosecha del año anterior. En la DO Ribera del Duero, al igual que en La Rioja, han calificado como excelente el 2004 –difícil encontrar uno de esta denominación que no sea, como poco, bueno-. Y si estas nos parecen poco, tenemos la inmensa fortuna de vivir en un país que cría vinos en Penedès, Priorat, Navarra, Rías Baixas, Rueda, etc. Y para paladares inquietos, siempre nos quedarán los caldos foráneos.
Coincidiendo con estas actividades, en todos esos lugares (Haro, Laguardia, Cenicero, Aranda de Duero, Peñafiel, Sant Sadurní d'Anoia, Falset, etc.) cuyo nombre sabe a vino se celebran las fiestas de la vendimia: pisado de uvas, ofrendas de los primeros mostos a la virgen, catas y recatas. Y hablando de catas…
En Barcelona, aunque no sea tierra de vinos, también estamos de fiestas. El 24 de septiembre, cada año, se celebran las Festes de la Mercè, patrona –junto a Santa Eulàlia- de la ciudad. Este año ya será fiesta desde el viernes 23, o lo que es lo mismo, desde el jueves por la tarde.
La lista de actividades es larga. Tenemos desde conciertos multitudinarios en la Plaça Catalunya con los grupos más populares del momento, hasta otros, como el BAM, que no por menos populares son menos interesantes. También veremos colles de castellers, correfocs, fuegos artificiales, vuelo acrobático, ferias gastronómicas, etc. Y aquí quería llegar yo al hablando de catas…
Es también ahora cuando se presentan los vinos de la cosecha del año anterior. En la DO Ribera del Duero, al igual que en La Rioja, han calificado como excelente el 2004 –difícil encontrar uno de esta denominación que no sea, como poco, bueno-. Y si estas nos parecen poco, tenemos la inmensa fortuna de vivir en un país que cría vinos en Penedès, Priorat, Navarra, Rías Baixas, Rueda, etc. Y para paladares inquietos, siempre nos quedarán los caldos foráneos.
Coincidiendo con estas actividades, en todos esos lugares (Haro, Laguardia, Cenicero, Aranda de Duero, Peñafiel, Sant Sadurní d'Anoia, Falset, etc.) cuyo nombre sabe a vino se celebran las fiestas de la vendimia: pisado de uvas, ofrendas de los primeros mostos a la virgen, catas y recatas. Y hablando de catas…
En Barcelona, aunque no sea tierra de vinos, también estamos de fiestas. El 24 de septiembre, cada año, se celebran las Festes de la Mercè, patrona –junto a Santa Eulàlia- de la ciudad. Este año ya será fiesta desde el viernes 23, o lo que es lo mismo, desde el jueves por la tarde.
La lista de actividades es larga. Tenemos desde conciertos multitudinarios en la Plaça Catalunya con los grupos más populares del momento, hasta otros, como el BAM, que no por menos populares son menos interesantes. También veremos colles de castellers, correfocs, fuegos artificiales, vuelo acrobático, ferias gastronómicas, etc. Y aquí quería llegar yo al hablando de catas…
Cada año desde hace veinticinco se celebra, coincidiendo con la Mercè, la Mostra de Vins i Caves de Catalunya. Bien. Dada la admiración y respeto que profeso al buen dios Baco (soy ateo a medias) allí estaré, desde el jueves al domingo, catándolos todos. Es curioso. Cada año voy y cada año me pasa lo mismo. Empiezo a probar. Vinos blancos y cavas al principio, después algún rosado –no es santo de mi devoción- y finalmente tintos. Y siempre sucede lo mismo. Los últimos son los que más me gustan…
Lo dicho. Ahí os espero.
1 comentario:
Me recuerda a nuestra recogida de la almendra, pero a lo grande, y suena hasta apetecible irse a vendimiar unos días :)
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