lunes, 7 de noviembre de 2005

Cavernas

Cavernas atestadas de lágrimas de humo y sudor de multitud, de soledades y urgencias y anhelos. Cacofonía de ritmos tribales, malformación del pentagrama. Flashes y luces de neón atrayendo a los insectos nocturnos. Ausencia de conversación y sosiego. Gritos a distancia de susurros. Escaparate de rostros pintados y cuerpos esculpidos. Mercado de alcohol y sexos que se exhiben y se rozan y se miran de soslayo, escudriñando entre la penumbra y el humo, evaluando la calidad del ganado. Lugares comunes donde mostrarse, donde observar y sentirse observado, calibrado y censado. Clasificado por tu pelaje. Tú entras, tú no; gracias, oh inquisidor. Mercadeo de roces y sonrisas. Adquirir y rechazar. Escupidera de mentiras e historias de mercaderes. Retoques en tu reflejo entre orines y vómitos, lamentos y risas histéricas. Vuelta a la plaza como un mihura, exhibiéndose. Engañándose. Ocultando.
No, no quiero volver a esos lugares, a esas cavernas. Añoro las risas alrededor de una mesa, con música de fondo. Las conversaciones sin gritos entre carambolas. Las palabras cruzándose sobre unas velas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...Y las conversaciones donde no hace falta explicar muchas cosas, los cambios en las sonrisas de tu gente de siempre, los pullazos con cariño, las diferencias y los acercamientos, las cervezas...umm siempre bien frias( chillonas, como nos gustan..), peleas por poner música...sí, me gusta..como en casa. Una casa grande, donde caben muchos y todos somos bienvenidos.
Estoy contigo arrebatos, hoy me he sentido cercana a tí. 1beso2besos3besos