lunes, 20 de marzo de 2006

Lo que el ojo no ve

Hace unos años leí un artículo científico que daba explicación a un misterio del arte, brindando luz a la vez que restaba magia al asunto. En esa ocasión fue un estudio óptico sobre la sonrisa de la Mona Lisa, del genial Leonardo Da Vinci. Mucho se ha hablado y escrito sobre este tema, pero resumiendo, que es una forma sutil de decir que explicaré lo poco que sé, la cuestión es que cuando el espectador mira directamente a los labios de la Mona Lisa no la ve sonreír. Para ver su sonrisa debe mirarla a los ojos o cualquier otra parte del cuadro. La explicación a este fenómeno es que, de forma intuitiva, el artista italiano usó un truco para provocar este efecto, pintando alrededor de las comisuras de los labios unas sombras que vemos mejor con nuestra visión periférica.

Y ahora, un reciente estudio da explicación a otro cuadro, esta vez del noruego Edvard Munch, del que también se habían hecho curiosas interpretaciones.

Copio textualmente el artículo aparecido hoy en La Vanguardia.

La ausencia de reflejos en el agua que se produce en el cuadro del pintor noruego Edward Munch "Chicas en el muelle" se debe a un efecto óptico y, por tanto, no tiene una intencionalidad simbólica como se pensaba hasta ahora.
En un artículo que publicará en mayo la revista "Sky and Telescope" los profesores de la Universidad de Texas Don Olson y Russell Doescher detallan que la luz amarillenta que se aprecia en el cielo representado en el cuadro no se refleja en el agua porque el autor se encontraba por encima del nivel del mar.
Por este motivo, dicen, se produce una asimetría en el reflejo del cielo en el agua del fiordo junto al puerto que es plasmada con exactitud por Munch.
Durante años, varios expertos han explicado esta ausencia de reflejo como una licencia del artista que expresaba su situación emocional.
Sin embargo, estos expertos han acudido a las investigaciones de Marcel Minnaert, pionero en fenómenos ópticos atmosféricos, que traza una explicación de lo que ocurre cuando alguien ve un objeto reflejado en el agua por encima del nivel del mar.
Aplicando la teoría de Minnaert, estos expertos determinaron que Munch pintó el cuadro desde un punto situado once pies por encima del nivel del agua, lo que le permitía ver la luz amarillenta del cielo directamente, pero no apreciar su reflejo, que era tapado por una casa cercana.
"Chicas en el muelle" se inspiró en el paisaje de Asgardstrand (Noruega), un lugar de vacaciones situado en el sur del Círculo Polar Artico donde Munch pasó largas temporadas.
Estos investigadores viajaron a la localidad noruega, donde hicieron cálculos topográficos y compararon los puntos de fuga del cuadro con fotos antiguas del puerto.
De esta forma, averiguaron también que el objeto que emite la luz amarillenta era la luna y no el Sol, lo que hasta el momento era una incógnita debido a que Asgardstrand se encuentra en el solsticio de verano, donde hay una continua noche luminosa en la que conviven ambos cuerpos celestes.
'Chicas en el muelle' de Edvard MunchTras comprobar la ruta del Sol y la Luna en el cielo noruego, estos investigadores apreciaron que, mientras el crepúsculo solar estaba lejos de la vista del pintor cuando realizó el cuadro, la Luna se encontraba justo en el punto desde el cual se emite la luz en el cuadro.
Este equipo ya usó el cuadro de Munch "El grito" para reflejar el efecto que tuvo la explosión del volcán Krakatoa a finales del siglo XIX en el color del cielo, que aparece reflejado en la obra del pintor noruego con intensos tonos rojizos.


Y todo esto da sentido al no menos genial Groucho, cuando dijo aquello de ¿a quién va a creer usted, a mí o a sus propios ojos?

2 comentarios:

Nepomuk dijo...

Y aparte de descubrir que tengo la visión periférica de un boniato, digo yo... ¿de verdad que no habrá cosas más productivas en las que Don Olson y Russell Doescher puedan entretenerse hombrepordios?

arrebatos dijo...

Tengo entendido que ahora andan estudiando la refracción de la luz crepuscular en los charcos a distintas latitudes... Algo mucho más útil, obviamente.