lunes, 2 de julio de 2007

Entre fogones

Me han regalado un libro de cocina japonesa, afortunadamente bilingüe en inglés y japonés, pues no domino muy bien el inglés. Veo que los japoneses comen pescados, arroces, fritos, rebozados, verduras… Empiezo a sospechar que la única diferencia con la cocina de aquí es que allí omiten el sofrito. Y parece ser que carne tocan poca, incluso para comer. Con lo que me gusta a mí la carne. Incluso para comer.

Abro una página al azar, a ver si me sorprende. Croquetas de patata (que aquí, con un poco de carne picante dentro, se llama bomba) y espárragos con sésamo. No parece una receta concebida a miles de kilómetros de aquí precisamente. Los espárragos forman parte de nuestro recetario tradicional y los comemos de distintas formas. Y el sésamo no es muy común por estos lares, pero sí en otras zonas de nuestro Mediterráneo, donde se usa mucho para elaborar cremas y salsas, en repostería e incluso para abrir cuevas.

Es probable que la gran diferencia sea la forma de presentar y comer los platos. Eso y el sofrito, claro, que no es baladí. Sospecho que me lo voy a pasar pipa en mi acercamiento oriental. Y no descarto empezar a hacer cocina de fusión, en parte por capricho, en parte por falta de ingredientes. No veo por qué tiene que estar malo un sushi de bacalao, un sashimi de anchoas de l’Escala, una tempura de calçots o un gazpacho de miso.

¡Tiembla Ferrán Adriá!

7 comentarios:

marta dijo...

Si todo consiste en echarle salsita de soja con vinagre de arroz.

Se me hace la boca agua!!!!

Celia dijo...

es que en el fondo los ingredientes son los mismos, yo pude hacerme mis tortillas de patatas, mis ensaladas verdes, y hasta libritos sin ningún tipo de inconveniente.
la diferencia es que donde nosotros echamos aceite de oliva, ellos utilizan aceite de flores, y en lugar de vinagre de jerez ellos echan salsa de soja...

mira, yo pruebo tu cocina de fusión por aquello de dar el visto bueno, pero me niego a tomar gazpacho de miso.

Glo dijo...

¡Después de tantos siglos de intercambios, y todavía nos vemos reciprocamente como culturas exóticas...!¡Manda webs!

Tiene su lado bueno: que siempre nos acercamos con curiosidad y entusiasmo.

Yo, por mi parte, me quedo con su arquitectura más que con su comida. Disfruto desde la villa imperial de Katsura hasta las divertidas obras de Toyo Ito, sin olvidar los jardines de todas la épocas... Pero en cuanto a pintura, lo siento, pero la encuentro muy lejos de la calidad de la china.

arrebatos dijo...

Celia ¿No querrás probar mi gazpacho de miso? ¡Ah! soy un creador incomprendido. Pero no decaerá mi moral. Seguro que también tomaron por loco al primero que le puso cebolla a la tortilla de patatas.

Anónimo dijo...

a mí siempre me dio pereza cocinar para uno mismo... será porque cuando estoy en dichas circunstancias como deprisa... pero me encanta ver a la gente que disfruta entre ollas y sartenes.

ten cuidado hablando de cocinar, ya sabes que eso seduce mucho a las damas!

arrebatos dijo...

No te digo que no Xavi, pero te aseguro que las damas todavía no hacen cola ante mi "restaurante" ni he tenido que cocinar en plan rancho.

Pilar dijo...

Las alternativas suenan bien. ¿qué tal maki con espinacas? ¿Y una pasta de empanadillas en lugar del sui gyoza?

Ahora no podré parar de "customizar" la gastronomía japonesa!

Buenos y apetitosos días!