Globúnculos
No sé cuando llegaron, pero están por todas partes. Parece que se reproduzcan por esporas en las puertas de los hoteles, donde cada mañana aparecen ¡plop! moviéndose con cierta parsimonia y aparente desorden, rebotando blandamente unos contra otros. Tienen algo de humano, pues todavía se desplazan sobre sus extremidades inferiores, pero también algo de anfibio debido a esa papada que surge orgullosa ocultando la barbilla y se expande hacia delante fundiéndose con la barriga para acabar recogida a la altura de las rodillas formando una esfera perfecta. Por detrás son igual, desde la nuca hasta las corvas. Son como globos, o glóbulos, o globúnculos. Son orondos, carnosos, lustrosos, mofletudos y rosados, de perfecta circunferencia perimetral enfundados en trajes de tela tensa, sin una sola arruga. Se desplazan sin prisa pero sin pausa, con sus manos regordetas de dedos morcillones cruzadas sobre la barriga, riendo y jaleando, balanceándose como una campana invertida. Un congreso de obesos en la ciudad, sin duda. Eso fue lo que pensé. Pero no, después recordé que esta semana se celebra en Barcelona el salón Alimentaria.
2 comentarios:
Por un momento creía yo que usted se refería a que ya habían llegado los guiris!!
No, serían representantes de la FAO que vienen a debatir sobre el hambre en el mundo. Y claro, eso da mucha hambre.
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