lunes, 23 de julio de 2007

Interruptus

Las luces han parpadeado para apagarse un segundo después. En la caja eléctrica todo parece correcto. Salimos al pasillo, oscuro como la boca del lobo. Ni siquiera funcionan las luces de emergencia. Bajamos a tientas las escaleras –seis pisos- hasta la calle. Todos los comercios están a oscuras. No funcionan los semáforos. Vuelvo a entrar al edificio para poner en común el desconcierto. Hay alguien atrapado en el ascensor. El conserje cree que se trata de la secretaria del quinto con un mensajero. ¿La del quinto? Sí, la macizorra, asiente. Joder, los hay con suerte. La fantasía recurrente de todo el imaginario masculino – ¿femenino también?- y le toca a un mensajero que ni siquiera trabaja en el edificio. Qué diablos –pienso-, yo tenía preferencia.

Salgo otra vez a la calle y empiezo a andar. Busco algún bar donde poder tomar un café, pero cruzo una, dos, tres calles y todos están a oscuras. Recibo una llamada que me informa que media ciudad está sin servicio eléctrico. Los cruces de calles son un caos de coches que hacen prevalecer su preferencia de paso a base de bocinazos. Los peatones apenas nos atrevemos a poner un pie en la calzada.

La mañana ha transcurrido buscando bares que disfrutaran de ese prodigio que es la electricidad, primero para los cafés, más tarde para las cañas frías. Aunque para esto último bastaban las neveras bien surtidas y aisladas. Las cañas brotaban calientes de todos los grifos, con lo que hemos echado mano de botellines.

Las noticias se van sucediendo confusas. Uno dice que está a oscuras –es un decir, pues es pleno día- desde Badalona hasta Hospitalet, es decir toda la parte central de Barcelona. Los barrios periféricos disfrutan, por una vez, de ciertos privilegios. Unos dicen que han ardido dos transformadores; otros afirman que son cuatro. Las líneas cinco y tres del metro están paradas. Los ferrocarriles y el tranvía también. Las líneas telefónicas empiezan a saturarse mientras que en amplias zonas deja de haber cobertura. Sin conexión, informa la pantalla de mi móvil. Hemos entrado en la era del homo eléctrico. Voces socarronas gritan “arrepentíos pecadores, el mundo tal como lo conocemos hoy ha terminado”. Otro, más pragmáticos, proclaman “follad, el mundo se acaba”. Pienso en la secretaria macizorra del quinto acompañada por el mensajero.

Ignoro si este apagón continuará hasta la noche, y caso de producirse, comenzaré a pensar mal de nuestro alcalde y gobierno, progresista y d’esquerres que se proclama, con la sospecha de una tendenciosa inclinación ideológica hacia el nacional-catolicismo de antaño, viendo en esto un sutil ardid para incrementar el número de nacimientos, producción ésta en precario en tierras catalanas. En nueve meses lo sabremos.

Apagón en Barcelona


Cojo un autobús para irme a casa. En el trabajo no puedo hacer nada. Antes de llegar me encuentro con la calle cortada por la policía, que nos desvía y me veo obligado a apearme. Me acerco a ver qué ocurre y veo uno de los transformadores que se han quemado. Varias unidades de bomberos frente a la fachada ennegrecida. Algunas mangueras se pierden en el interior oscuro del edificio. Aprovecho para hacer algunas fotos. También me habría gustado hacer fotos del rescate de la secretaria macizorra del quinto, pero no he podido por tener las manos ocupadas sujetándole las nalgas.

Apagón en Barcelona


Esta es la primera crónica de actualidad que escribo. Arrebatos ahí donde esté la noticia. Mucho me temo que no seré contratado por ningún periódico.

7 comentarios:

Glo dijo...

Esta noche y parte de la mañana ha estado lloviendo, pero ahora luce el sol y sopla una maravillosa brisa del mar.

Aquí sí hay suministro eléctrico.

Corresponsal en Vizcaya para arrebatos.

tzesire dijo...

yo debo ser una de las pocas pringadas que estando en una oficina ha podido seguir trabajando igual, bueno, sin músiquita y sin internet que favorezca mi improductividad. y ademas hemos debido ser una de las pocas calles donde menos rato nos hemos quedad sin luz, un puñetera callejuela al lado Francesc Macia y todos los alrededores de tertulia en la acera. no hay derecho.

Anónimo dijo...

Mola! he podido circular sin que me puedan multar desde san juan hasta glories, parecía el juego ese de consola que retiraron!

Chusky!

marta dijo...

Arrebatos, estaba extrañada de que en semejante apagón no hubiera descripción alguna de toqueteos fortuitos. Hasta que he llegado a la línea 47...

arrebatos dijo...

Como cantaba Gardel, seguimos a media luz. La pena es que en la oficina sí que hay. Estamos barajando la posibilidad de perpetrar algún sabotaje, así sin que se note demasiado...

Celia dijo...

esta vez procura tener "a mano" a la secretaria macizorra del quinto...

pitima dijo...

Hay que ver! Este arrebatos tanto nos vale para un roto como para un descosido.. jajaja. Puede ser un pirómano que enciende fuegos en los taxis, o un experto socorrista capaz de sacar a alguien de un ascensor ¡aunque tenga que agarrar por las nalgas!, o bien un cronista fotógrafo altruista.. ¡Tan polifacético! ¡cuánto vales Arrebatos!.. jajaja. Aisssss. Parece que nunca te aburres.