Sobre lo grotesco
Algo falla cuando a uno no sólo le irritan sus supuestos representantes políticos, sino que además se avergüenza de ellos. Ya hace tiempo que los barceloneses somos conscientes de que molestamos al ayuntamiento. Somos útiles como parte del decorado, el pintoresco paisanaje que todo parque temático que se precie debe tener. Y para pagar asfixiantes impuestos que se destinarán a diseñar una ciudad de postal, para que las hordas de guiris de piel enrojecida llenen megas y megas de fotografías digitales mientras lucen camisetas de Ronaldinho y sombreros mexicanos. Y ante esto uno se indigna, tiene sus rabietas y pone a todos los políticos a bajar de un burro en conversaciones de café, pero acaba por resignarse.
Pero la vergüenza es algo distinto, porque en este caso no sólo es vergüenza ajena, que sería hasta cierto punto tolerable. Es sentirse avergonzado porque los personajes que te representan, los que tú has elegido, se lanzan a hacer el ridículo sin ningún rubor ni pudor. ¿Recordáis "Bienvenido Míster Marshall"? Pues esto es todavía peor que lo que imaginó Berlanga. Me explico. Resulta que señor Woody Allen ha escogido Barcelona para filmar su nueva película. De hecho ya está en ello y se le puede ver dirigiendo a la guapa Scarlett Johansson por las postales típicas de la ciudad. Pero lo lamentable es que, alrededor del cineasta neoyorquino, dándose codazos y pisotones para salir en las fotos, no dejan de mariposear toda clase de políticos, desde ediles del ayuntamiento hasta la ministra de Cultura. Y como no hay nada más importante que debatir y arreglar en esta ciudad, pues ahora se están dedicando al "eso tú", "no tú", "tú más", "pues tú mucho más", "pues tú muchísimo más" para decidir cual de ellos ha sido el que ha hecho el papel más grotesco.
Pero, a parte de todo, esto es peor que la película de Berlanga porque aquí, además, hemos pagado un millón de euros a la productora del film.
(sugerencia de consumo)
"Americanos, os recibimos con alegría..."
Pero la vergüenza es algo distinto, porque en este caso no sólo es vergüenza ajena, que sería hasta cierto punto tolerable. Es sentirse avergonzado porque los personajes que te representan, los que tú has elegido, se lanzan a hacer el ridículo sin ningún rubor ni pudor. ¿Recordáis "Bienvenido Míster Marshall"? Pues esto es todavía peor que lo que imaginó Berlanga. Me explico. Resulta que señor Woody Allen ha escogido Barcelona para filmar su nueva película. De hecho ya está en ello y se le puede ver dirigiendo a la guapa Scarlett Johansson por las postales típicas de la ciudad. Pero lo lamentable es que, alrededor del cineasta neoyorquino, dándose codazos y pisotones para salir en las fotos, no dejan de mariposear toda clase de políticos, desde ediles del ayuntamiento hasta la ministra de Cultura. Y como no hay nada más importante que debatir y arreglar en esta ciudad, pues ahora se están dedicando al "eso tú", "no tú", "tú más", "pues tú mucho más", "pues tú muchísimo más" para decidir cual de ellos ha sido el que ha hecho el papel más grotesco.
Pero, a parte de todo, esto es peor que la película de Berlanga porque aquí, además, hemos pagado un millón de euros a la productora del film.
(sugerencia de consumo)
"Americanos, os recibimos con alegría..."
5 comentarios:
Muy bien por Berlanga y muy bien por tu entrada de hoy: no hay nada como haber dicho lo que uno necesitaba decir, y además, haberlo pasado pipa.
Tienes razón Glo, me quité un peso de encima.
De hecho no sirve más que para eso, no pasa de rabieta en conversación de café, porque con los políticos de este país ya se sabe... Si no dimiten estando imputados en casos de corrupción, cómo van a hacerlo sólo por unas críticas a su gestión.
No soy de Barcelona y en el tiempo que llevo viviendo en ella nunca me he sentido integrada. Es una postal, camina en un modelo de desarrollo sin sentido, tendente a la deshumanización, ajena por completa a sus vecinos y sus necesidades. en cuanto sales de la postal descubres "la ciudad" y sus gentes, sus matices y su encanto, que dista mucho del brillo de purpurina que intentan vender. pero es difícil descubrila, es muy difícil para una inmigrante más conocer gente de aquí, de siempre, que todavía la mira con otros ojos, que evitan el centro porque saben que ya no les pertence y se sienten turistas cuando quedan contigo allí.
me gusta barcelona, la del gótico, la del raval, la del born, la del eixample; pero me encanta la de la rivera, la de gracia, la de sans, la de les corts, la de sarrià, la de poblesec y la de poblenou. y todavía me queda toda la parte norte por descubrir, sin postales ni grandes obras urbanísticas :)
Tzesire, yo que soy de allí, te recomiendo que aproveches para visitar Horta, con sus casitas de veraneo de finales del S.XIX y el Guinardó, sobretodo la zona alta, donde está el parque (un hermoso bosque de pinos con impagables vistas sobre toda la ciudad). Aprovecha antes de que se lo lleven por delante.
Y a la gente de aquí es difícil conocerla incluso para la gente de aquí.
en toda esa zona sólo he visto el laberito de horta, que me encantó, pero el año que viene estaré todavía por aquí, o mejor dicho, estudiando por allí arriba, así que apunto sus recomendaciones.
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