miércoles, 19 de marzo de 2008

Filosofía en el metro

El metro llega medio vacío y me puedo sentar; se nota que mucha gente está de vacaciones. A mi lado, también sentados, una pareja joven tiene una inteligente conversación. “Estas cosas siempre han pasado. Hace unos años, los profesores romanos se follaban a sus alumnos”, dice él con una seguridad que abruma. “¿Hace unos años?”, pregunta ella. “¿Te refieres al imperio romano?”. “Sí, eso, los romanos” asiente el chico. La chica se lo queda mirando. “Hace unos cuantos siglos de eso como para decir hace unos años ¿No crees?”. El chico intenta justificarse diciendo que es lo mismo hace unos años que hace unos siglos, y que con independencia del matiz, él tiene razón, que lo ha estudiado y que los profesores romanos les daban por el culo a sus alumnos. “Pues yo he estudiado los romanos y en ningún momento me explicaron que hicieran eso”. El chico se reafirma: “Pues sí que lo hacían. Ya sabes: Platón se follaba por el culo a Aristóteles y Heráclito a Séneca. O al revés, no recuerdo quién se follaba a quien, pero lo hacían”. Se quedan un rato en silencio hasta que la chica lo rompe: “Oye ¿y no serían los griegos? Lo digo por eso de hacer un griego”. “Entonces los franceses se habrían extinguido”, dice el chico riéndose de su gracia. La chica también se ríe y entre carcajadas logra articular: “¡Y los cubanos!”. Siguen riéndose durante un buen rato, mientras que yo he decidido que es mucho mejor escuchar la conversación que seguir leyendo. Cuando logran serenarse, la chica pone la puntilla: “Pero entonces los griegos también se habrían extinguido”. A lo que el chico replica: “No, pero los romanos les dieron por el culo”. Siguen riéndose de la gracia hasta la siguiente parada, en la que se bajan los dos. Veo que en el bolso de la chica asoma una carpeta de la UB. Respiro hondo, abro el libro por la página marcada y sigo leyendo.

6 comentarios:

Gregorio Luri dijo...

¿Por qué cuenta usted estas cosas? Voy a tener pesadillas durante los próximos meses.

arrebatos dijo...

Sabía que le gustaría, Don Gregorio. No se haga mala sangre. Piense que quizás era una estudiante de magisterio y que ahora ya no hace falta que tengan conocimientos; basta con que sepan enseñar.

Anónimo dijo...

qué pesada la gente con meterse con los estudiantes de magisterio, cada uno hace lo que le sale de los putos cojones hostia. cómo van a respetar los niños a los profesores si incluso los adultos les faltan al respeto? vergonzoso, es que ya no se puede estudiar lo que le da a uno la gana, se tiene que estudiar lo que es más 'difícil'!
no te conozco de nada pero mira, me la trae floja, solo es para que pienses un poco, sin malos rollos, eh?

arrebatos dijo...

A ver si lo adivino... Estudias magisterio.
Ah, por cierto. El respeto no lo regala nadie: hay que ganárselo.

Anónimo dijo...

he estudiado carrera pero NO magisterio (nada que ver además), aunque sé de lo que hablo.
No estoy de acuerdo con eso del respeto, el profesor hay que respetarlo igual que el juez, el policía, el frutero, el mendigo o el peluquero. Incluso más cuando eres un niñato de 6 a 13 años y se trata de alguien mayor. Eso es lo que tendrían que inculcar los padres a sus hijos para que luego en el colegio se de materia (que es lo que tendría que ser) y no se pierdan horas y horas por culpa de algunos maleducados (por no decir gilipollas) que no respetan a nadie, ni a sus padres.
Ah, por cierto. Cuidado con los prejuicios (y el tabaco).

arrebatos dijo...

Te equivocas. Con el frutero, el mendigo o el peluquero soy cortés y amable. El juez o el policía, igual que antes el maestro, imponen su autoridad con violencia implícita o explícita. Pero el respeto hay que ganárselo.
En fin... no hay nada más absurdo que discutir con una pared (para el caso tú, que ni siquiera sé quién eres), sobre todo si el tema de discusión y la opinión del otro -usando tus palabras- me la traen floja.