miércoles, 8 de agosto de 2007

Qué tiempos aquellos

Leo que unos científicos han extraído, de un pedazo de hielo de la Antártida, una bacteria de ocho millones de años de antigüedad. Parece ser que estaba paseando por ahí, en plena era del Mioceno, cuando se quedó helada la pobrecita. Al sacarla del hielo, estos científicos han conseguido “resucitarla” y está creciendo aislada en un laboratorio. ¿No os suena a inicio de película de terror? Diría que ya la he visto. El próximo día que descongele mi congelador, avisaré a estos señores. No, no entraré a contar detalles de lo que encontré yo allí.

Para que no cunda el pánico, afirman que debido al calentamiento global esto podría convertirse en algo muy común; que el deshielo podría liberar muchos tipos de bacterias y virus congelados hace tiempo. Si la gripe del pollo ya es jodida, imaginad por un momento la del Diplodocus. Aunque en realidad no hay motivo de alarma, pues son unos bichitos tan pequeños, que si se caen de la mesa se matan.

En estos momentos, una delegación de estos científicos se dirigen hacia Galicia con unas muestras de la bacteria –que todavía no ha hecho declaraciones- para someterla a una rueda de reconocimiento por parte de Don Manuel Fraga Iribarne, pues son de la misma quinta y parece ser que hicieron juntos la mili. Sin duda que podría tratarse de un muy emotivo reencuentro.

4 comentarios:

Glo dijo...

Los pollos y los diplodocus son reptiles que dejaron de reptar, ambos y cada uno de ellos a su debido tiempo y manera. De hecho, en mi casa el pollo se anuncia como lagarto a los miembros de la familia que no han participado en su preparación.

Por fin ha dejado de llover, pero a Lorenzo está costándole hacerse un hueco entre tantas y tan lustrosas nubes.

Celia dijo...

Sr Arrebatos, desde que contribuye usted al sobrecalentamiento del planeta, puede aparecer de todo sobre la superficie terrestre...
menos mal que yo ando por las nubes, y a mi no me toca.

arrebatos dijo...

Aquí Lorenzo sigue en dura pugna, y parece que está venciendo por momentos.

Celia, per què et gemines el nom? Geminem-nos-ho tot!

Anónimo dijo...

jeje, y no solo el feliz reencuentro de los dos que hicieron la mili. ¿Qué tal ese otro?, la fiebre aviaria de los pollos, con la anterior fiebre aviaria de los reptiles.
Es decir, que sería el reencuentro entre el nieto y el tatatarabuelo de la gripe...